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La Campana, enclave de costumbres

El precioso edificio del Gran Café de París que vemos en una postal de los años veinte, fue construido por el arquitecto Aníbal González

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  • Gran Café de París -

Los edificios del Novedades, La Imperial, La Campana, el Gran Café de París, Tropical y Farmacia Central, casi todos heredados del siglo XIX y primeros lustros del XX, dieron a la plaza una fisonomía entrañable. Algo que ya no tiene, aunque sigan en pie algunos edificios históricos.

El precioso edificio del Gran Café de París que vemos en una postal de los años veinte, fue construido por el arquitecto Aníbal González Álvarez-Ossorio, para Manuel Suárez entre 1904-1906. Estaba en la esquina de la plaza de la Campana con la calle O'Donnell. Un edificio con mala suerte, pues fue derribado a principio de la década de los sesenta y ya en los años veinte presentaba modificaciones básicas sobre el original de 1906. En efecto, pueden observar que le faltan la baranda crestada de la azotea y el frontal del rótulo modernista, elementos del "lirismo floral" inicial de la fachada proyectada y no realizada en su totalidad.

Cayetano García Carro fue el iniciador en 1915, en el Gran Café de París, de la afamada saga hostelera Juliá, como padre de la veterana y popular empresaria hostelera Pilar García Alonso, casada con Eduardo Juliá de Mena, también hostelero, y madre de los hermanos Juliá. Desde 1915 hasta mediado los años cuarenta, el Gran Café de París fue el centro de la sociedad burguesa de clase media alta sevillanas, lugar de referencia para los turistas, y de tertulias culturales y artísticas. En los años veinte y treinta organizaba conciertos vespertinos. Fueron muy populares sus salones de billar.


Mejor suerte tuvo el edificio de la zapatería La Imperial (1907-1908), en la esquina de la calle Santa María de Gracia, construido por Aníbal González y Álvarez-Ossorio, autor también del edificio del Gran Café de París, como antes citamos. Este edificio de la Imperial, junto con el de la confitería La Campana, son las únicas referencias históricas del enclave que se conservan. La confitería La Campana fue fundada en 1885 en un edificio restaurado procedente de 1733, antiguo convento de Santa María de Gracia.

Como puede comprobarse por las imágenes, la morfología arquitectónica de la plaza de la Campana tenía características propias de una ciudad provinciana, que mantuvo sus costumbres decimonónicas durante las primeras décadas del siglo XX. Las escenas de costumbres son entrañables, con el fondo de la Farmacia Central, herencia del siglo XIX, los viandantes y sus vestimentas.  

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