Investigadores de la Universidad de Huelva han creado un programa informático de realidad virtual que permite estudiar y analizar el desarrollo de la orientación espacial en humanos e ir más allá de lo que hasta ahora han permitido los experimentos reales.
En el desarrollo del software han participado los departamentos de Psicología Básica y Biológica y de Psicología Clínica, Experimental y Social, con Alberto Hernández a la cabeza, y los profesores Enrique Moraleda y José Andrés Lorca.
En declaraciones a Efe Lorca ha explicado que el germen de este programa se encuentra en trabajos previos desarrollados por Moraleda sobre orientación espacial en modelos animales y, posteriormente en niños de entre cinco y nueve años, que centraron su tesis.
El principal problema de la ejecución de estos trabajos era que se hacían en la realidad normal lo que "los hacía largos en el tiempo y costosos, pues había que construir laberintos a escala normal para niños, siendo necesarios terrenos amplios o el montaje de carpas".
Además, con este tipo de prácticas "sólo se podía dar respuesta a una variable, si el niño resolvía o no el laberinto, pero no sus limitaciones a la hora de ejecutarlo".
A la vista de esto y de los trabajos que se desarrollaba en el Departamento de Psicología Experimental, Lorca propuso a Moraleda hace un par de años el desarrollo de un programa que permitiera realizar este tipo de pruebas pero en el campo de la realidad virtual, algo que ha sido posible en los últimos meses gracias al logro de una "pequeña financiación" que ha permitido el diseño y puesta en aplicación del mismo, por parte de Hernández.
En principio, ha explicado, el software se está testando con los estudiantes de Psicología, al objeto de determinar "cómo encaran los laberintos diseñados y si hay problemas o no con la recogida de datos" y, de forma paralela, con niños pequeños.
El profesor ha indicado que, inicialmente, los estudios que se van a llevar a cabo con este programa son "a nivel de conocimiento básico", se quiere saber, analizar y entender "cómo manejamos los espacios los humanos, cuáles son las claves para que nos hagamos un mapa o para que respondamos a una orientación en el entorno".
"Lo interesante es que igual que vas aprendiendo desde pequeño esas claves y habilidades a edades tardías se van perdiendo", por lo que, según Lorca, este programa puede tener posibles aplicaciones en mayores en el campo del diagnóstico del alzheimer.
Además, ha apuntado, podría ser aplicado a personas con transtornos de orientación por lesión hipotalámica, en pacientes con lesiones cerebrales, o en pilotos de aviación o taxistas para determinar "cómo crear estrategias para facilitar el aprendizaje de rutas y ganar tiempo".
