El Juzgado de lo Penal número 4 de Huelva acoge este lunes el juicio a G.M.P., acusado de robar en julio de 2016 en la Iglesia Santa María Madre en Huelva capital y en la sede de la Hermandad de La Fe, ubicada en el piso superior de la parroquia, casi 40 piezas de valor de una de sus imágenes titulares, la Virgen de la Caridad, por valor de casi 2.500 euros, así como 200 euros en efectivo y el dinero del cepillo.
Este juicio se iba a celebrar el pasado mes de enero pero el acusado no recibió la citación judicial y no pudo celebrarse la vista, aplazándose para este lunes.
Según reza en el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, por estos hechos la Fiscalía lo acusa de un delito de robo con fuerza en local abierto al público fuera de las horas de apertura y pide para el mismo cuatro años de prisión y el pago, como responsabilidad civil, de 350 euros a la parroquia por los daños causados y por el dinero sustraído en la misma, y de 2.460 euros a la hermadad por las joyas robadas y de 160 euros por los daños causados en su sede.
El fiscal señala en su escrito que, entre las 22,30 horas y las 8,00 horas del 29 de julio de 2016, este hombre, ejecutoriamente condenado desde 1996 por delitos de robo con fuerza, movido por un afán lucrativo, entró en la parroquia, sita en la calle José Fariñas, tras fracturar una ventana exterior.
Así, una vez en su interior, se apropió de 25 euros que había en uno de los cepillos del interior de la iglesia, tras romper el mueble en el que se encontraba, y de cinco euros en diversas monedas de céntimos, que estaban en el interior de una caja de caudales que se encontraba en los cajones del despacho del párroco.
Seguidamente, el acusado fue rompiendo varias puertas del local hasta entrar en el piso situado sobre la iglesia, que la parroquia tenía cedido a la Hermandad de La Fe, donde supuestamente robó casi 40 joyas de la virgen titular como un pisacorbatas de oro con el estoque de Miguel Báez 'El Litri', varias cadenas de oro, alfileres, broches, anillos y rosarios.
El primero en denunciar los hechos, tras comprobar que habían fracturado una ventana para entrar y robar, fue el párroco, una denuncia que fue ampliada por el hermano mayor de la hermandad al comprobar que también había accedido el acusado al piso por el acceso interior de la iglesia, llevándose todas estas joyas y objetos de valor económico y sentimental porque la mayoría eran donaciones de fieles.
