Cualquiera que haga la compra habrá observado en las últimas semanas un desmesurado aumento en el precio de las hortalizas. Productos como el calabacín, la berenjena, el brócoli o la colifror han multiplicado hasta por cuatro su precio habitual, ante la sorpresa e impotencia de los consumidores. Sin embargo, los agricultores se han desmarcado de esos incrementos abusivos, que achacan a las “prácticas especulativas” de las cadenas de distribución.
Y es que, en la última semana el desplome de los precios en el campo de las principales hortalizas no se está repercutiendo a los precios pagados por el consumidor. En el caso del calabacín, los precios en destino se han elevado un 14% a pesar de la caída de un 62% de las cotizaciones en el campo. En berenjena la evolución ha seguido la misma tónica y mientras los precios al consumidor se han elevado un 17% al productor han bajado un 35%. “De nuevo, agricultores y consumidores estamos siendo víctimas de las prácticas especulativas de las cadenas de distribución que quieren recuperar a marchas forzadas sus abusivos márgenes habituales sin importarles los fundamentos objetivos del mercado: oferta y demanda. La presión de las centrales de compra de los grandes distribuidores está pasando factura a los productores, que una vez más nos vemos indefensos para controlar una perniciosa volatilidad”, ha señalado Andrés Góngora, responsable del sector de frutas y hortalizas de COAG.
Sin embargo, no es menos cierto que los precios de las hortalizas ya se habían disparado a principios de este año. En este caso, el motivo fue la brusca reducción de la producción de hortalizas como consecuencia de las adversidades meteorológicas en el sudeste español y en gran parte de Europa, lo que hizo que berenjenas o calabacines llegaran a cotizar muy cerca de los 4 euros el kilo. “Los agricultores no se han lucrando con esta situación. Ha habido un descenso de producción que se equilibra con los precios”, dijo Góngora.
El Índice de Precios en Origen-Destino de los alimentos (IPOD) que elaboran mensualmente la COAG y la Unión de Consumidores (UCE) pone de relieve que, en el mes de enero, fueron los limones y manzanas los que lideraron el diferencial entre campo y la mesa con un 658% y 667% , respectivamente. Para acabar con estos diferenciales, las organizaciones agrarias demandan sistemas de gestión de mercados, principalmente la gestión de crisis a través de Organizaciones de Productores.