En este sentido, las mismas fuentes han precisado que los hechos tuvieron lugar en torno a las 00,30 horas de la madrugada de este domingo, cuando un control radar de la Benemérita sorprendió a este joven cuando circulaba con su vehículo, un Renault Clío, a 230 kilómetros por hora en la A-7.
Tras ello, una patrulla de la Guardia Civil interceptó al conductor y le hizo la prueba de alcoholemia, en la que dio negativo. No obstante, fue detenido por un delito contra la seguridad vial al circular por encima de la velocidad permitida en esa vía, que es de 100 kilómetros por hora.
Los agentes preguntaron al joven por su actitud, respondiendo este que se dirigía a Estepona con carácter urgente. Le fue retirado el permiso y pasó a disposición judicial, haciéndose cargo de él el juzgado de Guardia de San Roque por un delito contra la seguridad del tráfico.
Según la nueva ley de tráfico, el vehículo debe ser confiscado y retirado a dependencias oficiales. Al existir en el Campo de Gibraltar el problema de parálisis de los depositarios judiciales por impago durante años, no se puede proceder a la ejecución de esta normativa, por lo que se puso en custodia de su propio dueño.