“En estos momentos no hay apenas recompensas monetarias pero no importa, lo importante es la alegría, una recompensa para el alma”, afirmó en una entrevista con Efe.
El cantante, que se considera a sí mismo una persona muy optimista, está presentando en su gira europea, que inició el jueves en el Festival de Liubliana (Eslovenia), sus dos nuevos álbumes: Adobró y Diminuto.
Dos trabajos que, a pesar de coincidir en el tiempo, responden a necesidades muy distintas del músico.
En Adobró muestra su cara más conocida por el público europeo, la del “carnaval”, con sus características canciones rítmicas y llenas de alegría. Aquella que, según él, le había “convertido en un animador”.
“Escribí muchos temas para el carnaval porque como compositor tengo facilidad para desarrollar rítmicas marchosas”, se justifica.
No obstante, Carlinhos reconoce que “necesitaba hacer un disco de canciones” influenciadas por el cancionero más tradicional de “la cultura brasileña” y añade que “no podía matar un talento” que posee “por naturaleza”.
De ahí que Diminuto este repleto de “bossa novas” y sonidos acústicos. Un estilo que, aunque pocos lo recuerden, fue fundamental en sus primeros discos. “Con Diminuto tengo la oportunidad de volver a las bases armónicas, a las poesía y a una lectura perdida de la música”, comenta Carlinhos.