En rueda de prensa, Chamizo afirmó que, aunque “se ha evolucionado mucho y se ha avanzado en aspectos como la integración”, la Consejería de Educación “ha dejado de lado” la atención a los alumnos con discapacidades, que “parecen los parientes pobres” del sistema educativo.
Chamizo, que no quiso hablar de “falta de interés” pero sí “de impulso” por parte de la Junta, pidió a la Consejería que “profundice” en esta realidad y afirmó que “estaría bien” que se reuniera con movimientos asociativos y centros de titularidad pública, además de aumentar la coordinación con los departamentos de Salud y Bienestar Social.
Según las conclusiones del informe, el plan debería llevar consigo una actualización de la red de centros conforme a las necesidades actuales, ya que el 35% de los colegios no ha podido atender todas las solicitudes de ingreso por falta de espacio, recursos personales y materiales.
Explicó que durante el curso 2009-10 había un total de 3.570 niños inscritos en 59 centros de educación especial -43 de ellos regidos por entidades privadas y 16 públicos-, lo que supone un “incremento considerable” de menores con graves problemas de salud que demandan su ingreso en el sistema educativo a edades cada vez más tempranas.
El total de profesionales que atiende a estos alumnos se sitúa en 1.523, por lo que “lo primero que hay que conseguir -dijo Chamizo- es disminuir la ratio”, un objetivo que varía en función del tipo de discapacidad que afecte al alumno, que abarca desde la visual hasta la plurideficiencia.
El plan apuesta por una remodelación de las infraestructuras de los colegios, ya que “muchas de ellas carecen de las condiciones adecuadas para atender a su alumnado con unos estándares mínimos de calidad”, y por una revisión de la ubicación de algunos centros que, según Chamizo, “no es la más adecuada”.
Resaltó que la investigación ha permitido confirmar “el fracaso de las políticas de integración e inclusión” en Secundaria por la “escasez de recursos materiales y personales” de los IES.
